Digamos que...

Digamos que un día, quedas con una amiga. Pero que hay un malentendido con esa amiga. Que pasas por un sitio a recoger unas cosas. Pero la cosa se alarga más de lo esperado. Que tienes que avisar en tu casa. Pero que te has dejado el móvil en otro lado. Y gracias al malentendido, al tiempo que se ha pasado más de lo esperado y al móvil dejado en otro sitio, todo se embrolla muchísimo. Cabreando a tu amiga que ha tenido que esperar una hora en la calle. Cabreándote tú, por ser idiota y dejarte el móvil en otro lado. Y sobre todo, cabreando a tu familia, que se ha preocupado.

Y cuando llegas a casa, te sueltan algo maravilloso y perfecto, en semana santa, te vas con otra parte de esa familia preocupada. Parte que saben que no es que odies, claro, pero que a gusto no estás. Porque da igual si aquí y ahora eres un muro de contención que impide que se chillen (canalizando todos los errores hacia ti), que tengas que estar a cada minuto diciendo dónde y con quién estás. Aquí vives mejor y lo sabes.

Por lo que de elegir, me marcho de casa, sí. Pero me marcho de verdad. A otra casa, pagando. Así que voy a dejar ciertas cosas en el tintero, que espero poder retomar en un tiempo. Y claro, cuando encuentre lo que tengo que encontrar (trabajo y casa), que espero que sea antes de semana santa, en plan ya, las conexiones a internet probablemente se vean interrumpidas. Si no me veis por aquí o por Messenger… Os sigo queriendo, pero es que los dineros no me van a dar para todo XD