Lluvia
Pues se ha puesto a llover, ahora sí. Las nubes lo han cubierto todo, la luz del sol parece haber muerto. Supongo que era de esperar. A veces me gusta caminar bajo el chaparrón, sentir cómo se me cala la ropa, la mochila, el pelo, la carne, los huesos. Bueno, no sé sí me gusta o me he acostumbrado. Pero a veces incluso lo agradezco.
Aún así, me da pena. El remanso de paz, los días soleados, han durado demasiado poco. No me gusta admitirlo, pero lo echo de menos; cuando todo está iluminado las preocupaciones parecen más pequeñas, la esperanza brilla aquí y allá. También hay viento, por lo que veo (y oigo). ¿No podía haberse quedado el sol un poco más?
Aún así, me da pena. El remanso de paz, los días soleados, han durado demasiado poco. No me gusta admitirlo, pero lo echo de menos; cuando todo está iluminado las preocupaciones parecen más pequeñas, la esperanza brilla aquí y allá. También hay viento, por lo que veo (y oigo). ¿No podía haberse quedado el sol un poco más?
Etiquetas: personal e intransferible
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home