Conciencia
- Y entonces...¿qué?
- Eh, a mi no me preguntes, sólo soy tu conciencia...
-¿No se supone que las conciencias ayudan a la gente?
-Pff...Ya ves, para el caso que me has hecho siempre...Además, creo que te confundes con los ángeles de la guarda. Esos sí que tienen curro, los pobres. Aunque el tuyo tampoco está por aquí, según veo... No tienes muchos amigos, ¿verdad?
-Oye, ¿quieres dejar de meterte conmigo?
-¿Por qué? Es divertido.
-Ya, me supongo. “Metámonos con el pequeño Paul, que no tiene amigos”.
-Bah, no seas así. Encima que me digno a aparecer ante ti...
-Ahh, te dignas. Perdóneme la señora, si la he interrumpido en algo.
-¿Sabes por qué no tienes amigos? Porque no tienes sentido del humor.
-Oh, perdona por hacerte perder el tiempo con el ser del que eres la conciencia. Si supiera cómo, enviaría una queja a tus superiores.
-¿Superiores? No me seas idiota...
-Eh, ¡no te rías! ¡No te rías así! ¡EH!
-Es que... Superiores... Ayy...
-¿Qué?
-¿Acaso no comprendes que no hay más superior que tú? ¿En serio eres tan tonto?
-Eso no puede ser.
-Vaya. ¿Y por qué no?
-Porque si yo mandase en ti, no serías tan indisciplinada.
-He dicho que eres mi superior, no que mandes en mí. Además, es culpa tuya que sea así.
-¿Cómo?
-¿Qué pasa cuando a un niño nunca se le hace caso? Que cuando es mayor y se quiere “mandar” sobre él, no te obedecerá. Si tu me hubieses hecho caso cuando te aconsejaba pues...
-¿Pues qué?
-Pues que ahora te tendría algo más de respeto. Pero en fin. Y volviendo a tu problema...
-¿Problema...? Ah, sí... Eso que te he dicho que me tenías que resolver.
-Deja de mirarme así. La verdad es que no sé qué quieres que haga.
-¡Que me des una solución, joder!
-Hum... No sé, ¿hasta que punto está bien esto para ti?
-¿Eh?
-... Que hasta que punto es lícito hacer esto para ti, que hasta dónde te ves capaz de llegar.
-No lo sé...
-¿Ya sabes algo? Bueno, mientras te decides, imagino que intentar curarle esos tres agujeros de bala que le has hecho estaría bien.
-Ya. ¿Y después?
- En fin... Supongo que lo habitual sería llevarla a casa y darle algo de comer.
- Eh, a mi no me preguntes, sólo soy tu conciencia...
-¿No se supone que las conciencias ayudan a la gente?
-Pff...Ya ves, para el caso que me has hecho siempre...Además, creo que te confundes con los ángeles de la guarda. Esos sí que tienen curro, los pobres. Aunque el tuyo tampoco está por aquí, según veo... No tienes muchos amigos, ¿verdad?
-Oye, ¿quieres dejar de meterte conmigo?
-¿Por qué? Es divertido.
-Ya, me supongo. “Metámonos con el pequeño Paul, que no tiene amigos”.
-Bah, no seas así. Encima que me digno a aparecer ante ti...
-Ahh, te dignas. Perdóneme la señora, si la he interrumpido en algo.
-¿Sabes por qué no tienes amigos? Porque no tienes sentido del humor.
-Oh, perdona por hacerte perder el tiempo con el ser del que eres la conciencia. Si supiera cómo, enviaría una queja a tus superiores.
-¿Superiores? No me seas idiota...
-Eh, ¡no te rías! ¡No te rías así! ¡EH!
-Es que... Superiores... Ayy...
-¿Qué?
-¿Acaso no comprendes que no hay más superior que tú? ¿En serio eres tan tonto?
-Eso no puede ser.
-Vaya. ¿Y por qué no?
-Porque si yo mandase en ti, no serías tan indisciplinada.
-He dicho que eres mi superior, no que mandes en mí. Además, es culpa tuya que sea así.
-¿Cómo?
-¿Qué pasa cuando a un niño nunca se le hace caso? Que cuando es mayor y se quiere “mandar” sobre él, no te obedecerá. Si tu me hubieses hecho caso cuando te aconsejaba pues...
-¿Pues qué?
-Pues que ahora te tendría algo más de respeto. Pero en fin. Y volviendo a tu problema...
-¿Problema...? Ah, sí... Eso que te he dicho que me tenías que resolver.
-Deja de mirarme así. La verdad es que no sé qué quieres que haga.
-¡Que me des una solución, joder!
-Hum... No sé, ¿hasta que punto está bien esto para ti?
-¿Eh?
-... Que hasta que punto es lícito hacer esto para ti, que hasta dónde te ves capaz de llegar.
-No lo sé...
-¿Ya sabes algo? Bueno, mientras te decides, imagino que intentar curarle esos tres agujeros de bala que le has hecho estaría bien.
-Ya. ¿Y después?
- En fin... Supongo que lo habitual sería llevarla a casa y darle algo de comer.
Etiquetas: relato
2 Comments:
simplemente das mucho miedito... pero mola ^o^
thanks!! ^^
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