He estado reflexionando. Acerca de todo lo vivido hasta ahora, acerca de lo que probablemente pase, acerca de lo que nunca pasará. De repente, me encuentro cambiada, ni siquiera me reconozco en las fotografías. ¿De verdad soy ésa? ¿De verdad ha pasado tanto tiempo? Por mi vida ha pasado gente muy diferente entre sí. Algunos se han quedado, otros se han ido, pero todos han compartido su existencia conmigo. Unos brevemente, los menos aún siguen a mi lado. De esos últimos, menos aún se quedarán conmigo por siempre, el resto se cansarán y se irán; o tal vez me marche yo. Es algo natural, al fin y al cabo. Las relaciones acaban por romperse, por desgarrarse. No lo digo desde un prisma negativo, que conste; hablo por la experiencia que tengo :P
Da un poco de pena, pero al avanzar, por fuerza, siempre dejámos a alguien atrás. La cuestión es cómo se le deja. Yo por lo menos, he tratado de hacerlo lo mejor posible, de una forma cordial y agradable; si eras amigo de alguien, es un minímo, un requisito imprescindible que debes cumplir. Al menos en memoria de los buenos momentos pasados. Evidentemente no lo he hecho siempre, porque no soy la mejor persona del mundo, pero puedo tener la satisfacción de decir que lo he intentado. Cosa que, por otro lado, no siempre han hecho conmigo ;)
Dándo más vueltas a las relaciones entre humanos, vividas en primera persona, o como simple espectadora, me doy cuenta del cambio que he dado de unos dos años a esta parte: Sigo siendo una boba inocentona (al menos hasta cierto punto), pero ni punto de comparación con lo que era. Va a sonar muy... No sé como definirlo, muy fijaos que buena era, snif, snif; pero no es esa la intención, simplemente he aprendido a ser egoísta y a que no me importe serlo, he aprendido a que yo voy por delante de la mayoría, he aprendido a dejar que confíen en mí primero y después a confiar yo. He aprendido, a base de golpes, como todos; pero he aprendido. Aunque me quede mucho por aprender, algunas lecciones ya están memorizadas.
Después (siguiendo con este rollo creído, pomposo y narcisista), creo que me puedo considerar muy paciente, muy zen, muy ordenada a lo que en mentalidad se refiere. Tras mucho tiempo de reflexión, por fin voy interpretando correctamente las señales y las sensaciones que me dan, por fin voy separando y diseccionando sentimientos, catalogándolos con etiquetitas distintas. Últimamente, si las señales que me dan son las correctas, sé exáctacmente qué quieren decir y que debo hacer en consecuencia. Ya no más confusiones entre cariño y amor, ya no más líos entre amistad y dependencia, ya no más caos entre sentimentalismos y sexo. Es una forma de pensar fría y calculadora, algunas personas dirán que incluso rastrera; pero si me sirve para sobrevivir simplificandome la vida, soy rastrera :D
Por otro lado, me doy cuenta de cómo me considera la gente. Soy rara. Me salgo de los cánones prescritos, no me ajusto a las medidas que debería. ¿Por qué? Por ver las cosas distintas, por pensar de forma diferente. Soy rara y punto. No lo veo como una maldición ni una bendición. Ni me siento aislada por serlo, ni superior a los demás; no me agarro a ello como distintivo ni como muestra de individualismo. Simplemente está ahí: Es como si pensase que ser rubia y tener los ojos marrones me hace especial; o ser alta y tener la piel clara. Ser rara, rubia, alta y tener un color de piel que se asemeja al blanco nuclear no dejan de ser cualidades que simplemente me forman, no que me hacen. Yo quiero creer que soy algo más :)
Y supongo que podría tirarme escribiendo horas y horas, sobre lo que he diseccionado, sobre lo que he aprendido, sobre cómo me siento, sobre qué soy...Pero al fin y al cabo no dejaría de repetir una y otra vez lo mismo, y esta entrada es bastante larga ya :P
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